Cantabria, esa tierra que me tiene enamorada
y en la que me encanta perderme conociendo cada uno de sus rincones. Y es que
no me canso de ir e ir, no me canso de salir de casa con el único rumbo de ir a
ver verde y azul entrelazado.
Salto del río Asón |
Puedo empezar por el nacimiento del río Asón,
en el Parque Natural de los Collados del Asón, sin olvidar ir por el Puerto de
la Sia (frontera entre Cantabria y Burgos), para poder disfrutar de las vistas
que nos dejan Las Machorras. Hay dos épocas del año en las que me encanta ir
por esta carretera, en otoño en la que podemos apreciar unas tonalidades
marrones preciosas fundidas con el verde de los “praos”, y en invierno porque
es raro cuando no encuentras el puerto nevado; además de que son las épocas en
las que más agua lleva el río.
Siguiendo dirección Santander,
está el pueblo de Liérganes, con su casco antiguo de Interés Histórico
Artístico Nacional desde 1978. Es un pueblo muy bien conservado y digno de ver
por su arquitectura en los que destacaría los balcones floridos. Por el pueblo
pasa el río Miera, sobre el que hay un puente, llamado Puente Romano.
Casas de Liérganes |
A unos 25km de Liérganes está Puente Viesgo,
otro pueblo destacado de Cantabria a mi parecer. Le atraviesa una Vía Verde,
sobre una antigua vía ferroviaria, y
el río Pas el que cuenta con un paseo encantador; sin olvidar el entorno en el
que se encuentra.
Valle de Cabuérniga |
Desde Puente Viesgo podemos tomar la
carretera del Valle del Pas, con un paisaje increíble, o ir hasta Cabezón de la
Sal e ir por el Valle de Cabuérniga; sin duda mi favorito de toda Cantabria,
hasta llegar al puerto de Palombera.
Manada de ciervos en el Parque Natural de Saja-Besaya |
Calle de Bárcena Mayor |
Son miles los sitios y parajes que me quedan
por mencionar de Cantabria, y seguro que no es la última vez que hablo aquí de
ello porque...
¡¡Cantabria es Infinita!!
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